En los procesos industriales de la compañía, el gas natural constituye la principal fuente de energía térmica para operaciones críticas como calentamiento, generación de vapor, generación de energía eléctrica, producción de hidrógeno y tratamiento de productos. Aunque se trata de un combustible más limpio en comparación con otros hidrocarburos, su uso intensivo implica altos niveles de dependencia energética, costos operativos y emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que representan un reto frente a las metas de eficiencia y descarbonización.
En este contexto, la exploración de tecnologías emergentes y maduras —como el biogás, el hidrógeno, la electrificación térmica, el aprovechamiento de calor residual o la integración de energías renovables— se plantea como una alternativa con alto potencial para suplir parcial o totalmente el consumo de gas natural, promoviendo una matriz energética más diversificada, eficiente y sostenible. La adopción de estas soluciones podría generar beneficios significativos en reducción de emisiones, optimización de autoconsumo y aumento de la disponibilidad energética, fortaleciendo la competitividad y sostenibilidad de las operaciones.